miércoles, 31 de agosto de 2016

VIVIR COMO UN MORIBUNDO




Más allá de la práctica de la meditación, está la actitud. Un principiante debe aprender a cultivar la llamada "serenidad de un moribundo". ¿Qué es esta serenidad? Es la serenidad de conocer qué es importante y qué no lo es, de aceptar y perdonar.

Alguien que haya estado junto a la cama de un moribundo comprenderá esta serenidad. ¿Qué haría el moribundo si alguien lo insultara? Nada. Cuando yace allí, ¿hará planes para hacerse famoso o rico? No. ¿Si alguien que antaño le hubiera ofendido le pidiera su perdón no se lo daría? Por supuesto que sí.

Un moribundo conoce la falta de sentido de la enemistad. El odio es siempre un sentimiento lamentable. ¿Quién desea morir sintiendo odio en su corazón? Nadie. El moribundo busca amor y paz.

Hubo un tiempo en que el moribundo se permitía el lujo de albergar sentimientos de orgullo, codicia, lujuria y cólera, pero ahora tales sentimientos se han ido. Hubo un tiempo en que era condescendiente con sus malos hábitos, pero ahora se ha librado de ellos. No lleva nada. Ha dejado a un lado sus cargas. Está en paz.

Queridos amigos, cuando hayamos respirado por última vez, este cuerpo físico nuestro se convertirá en un cadáver. Si nos esforzamos en considerar este cuerpo físico como un cadáver, pronto nos llegará la paz.

Si considerásemos cada día de nuestra vida como si fuera el último, no desperdiciaríamos ni un precioso minuto en ocupaciones frívolas, con resentimiento o cólera nociva. No nos olvidaríamos de mostrar amor y gratitud a aquellos que han sido amables con nosotros. No negaríamos nuestro perdón para ninguna ofensa, grande o pequeña. Y si nos hubiéramos equivocado, ¿no pediríamos perdón incluso con nuestra última respiración?

[Las enseñanzas de Xu Yun Nube Vacía]


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